Un cerebro adicto se desarrolla como resultado de cambios en la fisiología del cerebro. Las drogas gustan porque activan principalmente el sistema de placer del cerebro
¿Cómo se comporta el cerebro ante la adicción a las drogas?
La dopamina es un neurotransmisor presente en varias áreas del cerebro
¿Alguna vez te has preguntado por qué las drogas son adictivas? Pues te damos la respuesta, las sustancias activan el sistema de recompensa del cerebro, creando dopamina.
Estas sustancias liberan de 2 a 10 veces más dopamina que las recompensas naturales, como comer. Los efectos duran más y esto genera ganas de volver a consumir.
¿Qué ayuda hay para el adicto?
Es posible que una persona adicta no siempre se dé cuenta de que lo está manipulando o comprenda por qué su comportamiento es inaceptable. Esto puede deberse a los efectos físicos y psicológicos de las drogas. Sin embargo, en muchos casos, el comportamiento manipulador también es producto de experiencias de vida complejas o traumas, lo que resulta en una incapacidad para comunicarse de manera efectiva, lidiar con el estrés o establecer relaciones saludables.
La desintoxicación médica de drogas a menudo se recomienda para personas con adicciones severas, proporcionando observación las 24 horas y tratamiento asistido por medicamentos para una experiencia de desintoxicación más cómoda y segura. Una vez que la persona ha completado el proceso de abstinencia, comienza a sanar físicamente y tiene la mente clara, puede optar por continuar el tratamiento de adicción en un centro de rehabilitación, donde se pueden usar terapias como la terapia cognitiva conductual y la terapia EMDR para eliminar el trauma y problemas de comportamiento que han contribuido a la adicción.
¿Qué efecto tienen las drogas en el cerebro?
El consumo crónico de drogas químicas, alcohol, tabaco, o las conductas adictivas a la comida o la inanición, las compras o juegos de azar o la usurpación de identidad en Internet, copan el circuito de recompensa, y elaboran un condicionamiento. Es decir, un comportamiento automático ligado a un sentimiento de bienestar, de recompensa.
No solo afectan al funcionamiento del cerebro, sino también a la propia estructura cerebral. Al comparar el cerebro de personas sin adicción y el de un adicto, por ejemplo, a la cocaína, se ha encontrado que la actividad de varias áreas disminuye. Y es que se ha visto que el cerebro de los jóvenes adictos a los juegos de rol de Internet presenta una serie de daños en las fibras que conectan diversas áreas cerebrales.