Los cambios y daños mencionados anteriormente tienen una serie de consecuencias en el funcionamiento neuropsicológico de los consumidores. En general, las personas que consumen cocaína obtienen peores resultados en las pruebas de evaluación neuropsicológica. Estos efectos se han visto principalmente en la atención, la memoria, la inhibición de la respuesta y las funciones ejecutivas.
Más concretamente, la cocaína afecta a los procesos de atención selectiva y sostenida, la memoria de trabajo, la memoria visual y la capacidad de aprendizaje. De hecho, estos efectos se hacen más evidentes en periodos de abstinencia.
REFERENCIAS CONSULTADAS
- González Llona, I., Tumuluru, S., González-Torres, M. Á., & Gaviria, M. (2015). Cocaína: una revisión de la adicción y el tratamiento. Recuperado de https://bit.ly/3yKWem3
- Menéndez, A. G. (2000). Manejo del paciente con dependencia de cocaína. Recuperado de https://bit.ly/39y8o7n
- Pascual, F.; Torres, M. y Calafat, A. (Ed.) (2001). Monografía de Cocaína. En Adicciones, vol. 13. Obtenido de https://bit.ly/3LxXrA7
- Rubio, G. y Santo-Domingo, J. (2004). Todo sobre drogas. Información objetiva para decidir y prevenir. Ediciones Martínez Roca. Madrid.
¿Puede la cocaína afectar a más órganos del cuerpo?
La cocaína puede arruinar tu vida y lamentablemente el daño no es solo en el cerebro, sino también en el resto de órganos y partes del cuerpo, ya que estos sufren deliberadamente por el consumo de cocaína.
Uno de los órganos que más sufre es el corazón, pues comienza a sufrir ritmos cardíacos muy acelerados, provocando daños en los vasos sanguíneos que están en constante tensión y contracción, haciendo que el corazón bombee más sangre.
¿Cómo la estimulación de los circuitos de placer del cerebro nos enseña a seguir consumiendo drogas?
Nuestros cerebros están conectados para garantizar que repitamos las actividades de la vida al asociarlas con el placer o la recompensa. Cada vez que se activa este circuito de recompensa, el cerebro nota que está pasando algo importante que necesita recordar, y nos enseña a hacerlo una y otra vez sin pensar en ello. Debido a que las drogas adictivas estimulan el mismo circuito, aprendemos a abusar de las drogas de la misma manera.
Cuando se toman algunas drogas adictivas, pueden liberar de 2 a 10 veces la cantidad de dopamina que las recompensas naturales como comer y tener relaciones sexuales. En algunos casos, esto ocurre casi inmediatamente (como cuando se fuman o se inyectan drogas) y los efectos pueden durar mucho más que los producidos por las recompensas naturales.
– Cocaína y emociones
Una sola dosis de cocaína interfiere con la capacidad de una persona para reconocer emociones negativas, como la ira y la tristeza. Esto podría dificultar la capacidad de interactuar en situaciones sociales, pero también puede ayudar a explicar por qué los consumidores de cocaína muestran niveles más altos de sociabilidad cuando están intoxicados, simplemente porque no pueden reconocer las emociones negativas.