efectos de la adicción a la cocaína en el cerebro

Valoración

Es evidente que las adicciones o el consumo reiterado de drogas se consideran un problema de salud pública por los diversos trastornos que provocan. Siendo la cocaína una de las sustancias ilícitas que más consecuencias sociales y sanitarias tiene.

Pero sus peores consecuencias no están solo en la adicción que genera, sino también en su potencial como droga letal. De hecho, la cocaína es una de las sustancias psicoactivas que más casos de mortalidad provoca por infarto o ictus.

Efectos anatómicos y metabólicos de la cocaína en el cerebro

Esta sustancia influye en los sistemas noradrenérgico y dopaminérgico del cerebro. En concreto, su mecanismo consiste en promover la liberación de noradrenalina, al tiempo que inhibe la recaptación de serotonina, dopamina y noradrenalina en las sinapsis. De esta forma, en el espacio que existe entre dos neuronas comunicantes, o también llamada hendidura sináptica, la disponibilidad de estos neurotransmisores es mucho mayor.

Este efecto provoca una serie de cambios cerebrales a largo plazo. En observaciones post mortem se ha observado que los cerebros de consumidores de cocaína tenían una menor cantidad de dopamina en el cuerpo estriado, una menor densidad de monoaminas y de expresión del ARN que codifica el transportador de dopamina. Además, un aumento de microglia y macrófagos.

depresión

En otras palabras, el consumo de cocaína está relacionado con una pérdida de terminales dopaminérgicos, así como de neuronas enteras.

La cocaína daña el cerebro

Primero, el consumo de cocaína engaña al cerebro, desatando una euforia inusual. Esto se debe a que se acumulan moléculas como la serotonina o la dopamina creando esa falsa sensación de euforia que luego acaba en un descenso de sensaciones donde en la gran mayoría de los casos acaban produciéndose episodios de depresión.

Todos estos cambios cerebrales, motivados por el consumo de cocaína, acaban ofreciendo diferentes trastornos como la ansiedad o la paranoia, además de hacer que las personas estén mucho más irritables.

– Depresión

Se ha descubierto que la cocaína provoca una mayor sensibilidad a las emociones negativas, que persiste incluso después de dejar de consumirla. El consumo de cocaína produce alteraciones en la corteza prefrontal del cerebro, área involucrada en el control de la conducta, y en otras áreas involucradas en el procesamiento de las emociones. Estos efectos pueden estar asociados a una mayor tendencia de los adictos a la cocaína a la depresión y al estrés, así como a una falta de control sobre los estados emocionales negativos, como la ira o la frustración.

Si quieres saber cómo ayudar a esa persona adicta a la cocaína, te recomendamos que leas nuestro siguiente post: «¿Cómo ayudar a un adicto a la cocaína?»

Consecuencias en la boca

Incluso para el calcio en los dientes y en toda la boca, las consecuencias de la cocaína son abrumadoras para cualquiera que la consuma.

Teniendo en cuenta que la cocaína provoca un efecto anestésico local, es habitual ver como en los adictos a esta sustancia disminuye el riego sanguíneo, especialmente en las mucosas. Se sabe que la cocaína es un poderoso vasoconstrictor que puede causar la muerte de diferentes tejidos (necrosis) y hacer que se abran agujeros en el paladar.