Ya hemos dicho que no es algo sencillo. Hay que ir contra corriente, es decir, contra el vicio de las bebidas alcohólicas. ¡Pero tienes que hacerlo! Para ello, damos algunos consejos a continuación:
- El alcohólico debe entrar en razón… entender que tiene un problema.
- No asumir las responsabilidades del alcohólico. La persona debe darse cuenta de las consecuencias de su vicio.
- No fomentar el consumo de alcohol bajo ningún precepto.
- Sé honesto: expresa siempre aquellas cosas que molestan a alguien que consume alcohol.
- El alcohólico debe estar apartado del entorno que desencadena su adicción. Que frecuenta bares o amigos que le animan a beber.
- Debemos atender la causa de raíz: si el alcoholismo es causado por depresión, por ejemplo, debemos ayudar a salir del estado depresivo. Si esto no se hace, la persona recaerá en la bebida.
¿Cómo afecta un alcohólico al entorno inmediato?
En este tipo de ocasiones es completamente normal que se produzca un deterioro en la vida de los familiares afectados. Ya que dejan de vivir su vida para pensar en la persona adicta y en cómo ayudarla.
En definitiva, dejarán de lado sus sentimientos y su vida, pasando a vivir por y para evitar un nuevo consumo por parte del adicto, sin ser conscientes de que éste no está en sus manos. Un alcohólico enfermo beberá, si quiere beber, a pesar de lo que hagamos.
¿Por qué los alcohólicos no buscan ayuda?
Responder a esta pregunta implica comprobar que el alcoholismo es una enfermedad compleja. No se limita a una etapa, sino a varias.
En cada una de estas fases se infieren diferentes motivos que hacen que las personas se nieguen a aceptar la colaboración.
- La fase prealcohólica: se considera que la persona se controla a sí misma, pero requiere beber para resolver situaciones sociales. También, para alegar estrés o ansiedad. La persona no considera que necesita ayuda para prevenir un posible cuadro de alcoholismo en ciernes.
– Descuida reiteradamente de sus responsabilidades
Las tareas del hogar, el trabajo o el cuidado de los niños quedan en segundo plano por culpa del alcohol. Si la bebida interfiere con sus actividades, debe considerar la existencia de un problema.
Los problemas en el trabajo, los retrasos, las ausencias injustificadas, el incumplimiento de las tareas… también son síntomas de la existencia de problemas con la bebida. Del mismo modo, romper los planes familiares de beber también es un indicio de alcoholismo.
El alcohólico que no lo reconoce se encuentra con que:
- No puede dejar de beber y como le cuesta aceptarlo, no entiende bien por qué, ya que vive sumergido en una espiral se miente a sí mismo y a los demás.
- A medida que el descontrol va en aumento, hay consecuencias: tanto en el trabajo, como con amigos, familiares, entre otros.
- su capacidad de respuesta es cada día menor debido a su propia negación, a su propia no aceptación, ya que vive en un mundo paralelo lleno de enemigos inventados.
- Haz que la existencia sea positiva, describiendo el destino que te espera si dejas de beber.
- Explícale que ahora no puedes elegir qué hacer, de hecho solo puedes beber. En cambio, lo que te espera es una vida en la que puedes elegir lo que quieres hacer con ella.
- Hay que describir las posibilidades del presente, de la realidad saliendo del trago respecto a: la pareja, el trabajo, la formación, los cursos, entre otros.
- Amor duro: Si la persona persiste y no está dispuesta a recibir la ayuda que se le ofrece, podemos evaluar la posibilidad de dejarla en la calle, sin recibir ningún tipo de ayuda, para que se estrelle por completo y reaccionar. Es duro y triste, pero a veces ha sido lo único que ha sido posible y ha funcionado.