Heroína 1. Heroína. Con una puntuación de 3 sobre 3, la heroína es para estos expertos en farmacología la sustancia más adictiva por varios factores. Según su evaluación, este opioide hace que los niveles de dopamina (la llamada hormona del placer) en el cerebro aumenten hasta en un 200%, tal y como demuestran varios estudios.
Cocaína
Esta es otra de las drogas más adictivas y más difíciles de superar para quienes están en tratamiento de rehabilitación. Es una poderosa droga estimulante que provoca una intensa oleada de placer cuando se consume en exceso.
Se puede encontrar en forma de polvo blanco, también en forma de roca comúnmente llamada crack. Sin embargo, cuando los adictos reducen su consumo, a menudo experimentan un bajón que provoca fatiga, agotamiento y depresión.
NICOTINA
El ingrediente adictivo por excelencia del tabaco: Lanicotina. En este caso, lo que sucede cuando alguien fuma un cigarrillo es que la nicotina se absorbe rápidamente a través de los pulmones, pasando casi instantáneamente a la sangre y directamente al cerebro. En estudios con animales, se ha demostrado que la nicotina aumenta la dopamina cerebral en un 25-40%.
Los barbitúricos, antiguamente utilizados como tranquilizantes y como tratamiento para la ansiedad o los trastornos del sueño, en la actualidad prácticamente no se utilizan en medicina, habiéndose sustituido por otros más seguros como las benzodiazepinas (Valium®) y los antidepresivos. Estas sustancias interfieren también en la química del cerebro, «cerrando» las señales de algunas regiones del cerebro. Si se usan en dosis bajas, provocan euforia; pero en dosis altas, los barbitúricos pueden provocar la muerte al interferir con el sistema respiratorio a nivel cerebral.
El adicto sufre
No es una decisión voluntaria. De hecho, la falta de voluntad y la dificultad para controlar los impulsos es un síntoma de dependencia.
Cuando se consume más allá del propio deseo o responsabilidades como adulto, podemos decir que se sufre una dependencia. La dificultad para tomar las decisiones correctas es otro síntoma de esta enfermedad. Todo ello hace que la persona que sufre una adicción se sienta fracasada, culpable, torpe y caótica y por tanto con la autoestima muy baja. Pero, en la mayoría de los casos, no es ese estado de derrota que podemos observar en un adicto, la mayoría de las veces, lo que vemos es una persona arrogante y victimista, que culpa a los demás de su malestar y que es orgullosa y poco receptiva a recibir. ayudar. Este es el mecanismo de negación y autoengaño que utilizan la mayoría de los adictos para evitar entrar en tratamiento.
No tiene nada que ver con la personalidad. La adicción es la enfermedad del autoengaño, la justificación y la minimización. La persona que sufre una dependencia justifica su consumo en base a una historia que le ha contado. Adapta la realidad a su necesidad de consumo y la hace parecer algo lógico. Cuando ya no se puede justificar el consumo, comienza el encubrimiento, pero aún en esta etapa, la persona continúa engañándose a sí misma, dándose razones lógicas para su consumo y las acciones que lo acompañan, minimizando así las consecuencias.
Reevalúa tus amistades y relaciones
Cuando estés dejando las drogas, es probable que a medida que se lleve a cabo tu recuperación, también ocurran algunos cambios sociales a tu alrededor.
Puede tomar algo de tiempo y esfuerzo restaurar la confianza de familiares o amigos que estuvieron involucrados en la adicción.
Efectos crónicos:
- Deterioro selectivo del funcionamiento cognitivo con graves consecuencias en la vida diaria, como la organización e integración de información compleja, que involucra la atención y la memoria.
- Daños respiratorios relacionados con el tabaquismo.
- Daño posnatal si se consume durante el embarazo.
- Adicción al sexo y la pornografía
