Cómo cambia el cuerpo después de dejar el alcohol

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  • Las mejoras ya se notan en la primera semana de abstinencia.

Se puede adelgazar

El alcohol es calórico, lo peor son los combinados, los que añaden zumo, tónica o siropes. Algunos pueden tener la misma cantidad de calorías que una comida, pero sin los nutrientes. El alcohol favorece la grasa abdominal, la famosa barriga cervecera y el aumento de peso. Al dejar de beber, reduciendo así la ingesta calórica, mejorando su estado de ánimo y durmiendo mejor, puede experimentar pérdida de peso.

Beber alcohol en exceso puede debilitar el sistema inmunológico, lo que hace que su cuerpo sea un objetivo mucho más fácil para las enfermedades”, explica el Instituto Nacional sobre el Abuso del Alcohol y el Alcoholismo (NIAAA).

Sobre el alcohol

Sobre el alcohol. Cuando se consume una bebida alcohólica, pasa por el esófago, pasa por el estómago y llega al intestino delgado. Aunque una pequeña cantidad de alcohol se absorbe en el torrente sanguíneo a través de la membrana mucosa, la mayor parte del alcohol ingresa al torrente sanguíneo a través de las paredes del intestino delgado.

whisky

El alcohol es soluble en agua y el etanol es transportado rápidamente por el torrente sanguíneo a todas las partes del cuerpo, donde es absorbido por los tejidos en proporción a su contenido de agua.

Gran parte del etanol se diluye en los fluidos corporales. Por ejemplo, 29,5 ml de whisky al 40 %, que contiene 11,8 ml de etanol, se diluyen en un ser humano de 75 kg para producir una concentración de alcohol en sangre de aproximadamente 0,02 %. En un bebedor que es más pequeño, con la mitad del peso de agua en su cuerpo que la persona del ejemplo anterior, ese mismo 11,8 de etanol probablemente produciría una concentración de alcohol de aproximadamente 0,04%.

¿Qué pasa cuando dejas de beber alcohol?

«Después de cuatro semanas sin beber alcohol, las personas tienen menos riesgo de desarrollar cáncer y diabetes»

Sophie Borland

En busca de una piel perfecta , probamos innumerables cremas, nos hacemos tratamientos faciales sofisticados y bebemos mucha agua. Sin embargo, muchas veces no tenemos los efectos nocivos de una sustancia cuyo consumo suele formar parte de nuestros hábitos diarios y que puede dañar nuestra piel más de lo que nos beneficia cualquiera de los tratamientos que utilizamos: el alcohol.

Por supuesto que no estamos hablando de un consumo extremo y habitual, ya que esto conlleva problemas médicos y sociales mucho más graves. Sin llegar a ese punto, la mayoría hemos sufrido “el día después” en alguna ocasión: dolor de cabeza, náuseas, cara seca e hinchada… ser algo puntual puede no tener mayores consecuencias. Pero en cualquier caso hay algunas cosas que debes saber.